sábado, 27 de septiembre de 2008

LA LEYENDA DEL INDOMABLE



Las crónicas periodísticas hablan hoy de la muerte de Paul Newman, a los 83 años y con más de 60 películas a su espalda. Cuentan que tuvo cinco hijos, fruto de dos matrimonios.
Todo es mentira. Es imposible resumir la carrera de esta megaestrella en una sola nota de prensa, ni tan siquiera en un libro o en una colección de ellos. Como Gary Cooper, Cary Grant, James Stewart, Henry Fonda, Katharine Hepburn, Ava Gardner o Audrey Hepburn, Paul Newman forma parte de un selecto Olimpo de bellos seres con inteligencia y talento. Como todos ellos ya forma parte de la materia con la que se forjan los sueños.
A veces he soñado con Gary Cooper, me lo he encontrado en una biblioteca, vestido como un pordiosero y hemos tomado café. No sé como sería un sueño con el hombre de los profundos ojos azules, no puedo imaginar cómo entablar relación con este ser, y no sé qué fabricará mi subsconciente con el poso que han dejado en mí sus películas. Solo sé que al igual que con Marlo Brando en "La Ley del Silencio", recuerdo con un nudo en la garganta, a los antihéroes de "El Buscavidas" y "La Leyenda del Indomable". Películas de desesperanza, películas que marcan un antes y un después en la vida del espectador, películas que enseñan que algunos de nosotros nacemos con la partida ya perdida.
Me niego a aceptar las crónicas de hoy. Me niego a aceptar que porque Paul Newman, el hombre, haya muerto, Paul Newman, el actor infinito, haya muerto.
Mejor habría sido que, con una escueta nota, se hubieran limitado a decir: "Hoy ha muerto Paul Newman. Comienza la Leyenda del Indomable".

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