lunes, 15 de diciembre de 2014

LA BICI.

El mensaje era claro, conciso, breve y letal: no insistas, decía. Y le sorprendían tanto la letra mayúscula escrita con esfuerzo como aquel papel de cuadritos arrancado de una libreta.

En aquel momento comprendió que por más que soñara con el brillante cuadro metálico y las relucientes manetas de frenos; por más que lo rogara, y lo escribiera de la forma más educada que sabía, jamás tendría una bici nueva el día 6 de enero de ningún año.

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