jueves, 15 de enero de 2009

FEO, CATÓLICO Y SENTIMENTAL.

Paráfrasis del Marqués de Bradomín.

Feo lo soy. No cabe duda de este hecho. Y no porque lo sepa al verme, el espejo engaña a quien quiere ser engañado y sabe mirarse con un ángulo determinado y benevolencia, lo sé por puro empirismo. No lo veo en mí ni en mi reflejo, lo veo en las caras que me miran y en sus impresiones, imposibles de disimular. Pero debo aprender a vivir con esta realidad, ya inmutable, de lo que soy. Aceptar facciones disarmónicas, ángulos pronunciados y apéndices alargados. Lo que me cuesta aceptar es que la cara sea espejo del alma, sé que por ahí no van los tiros en este refrán, pero no sé si la gente que me ve sabe esto. Quisera verme hermoso a cada momento, en cada reflejo y en cada fotografía para poder pensar que en mi interior mi espíritu está tranquilo y plácido, que soy bueno y que mis pensamientos y mis deseos son puros. He aquí el problema.

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