miércoles, 22 de diciembre de 2010

UMBERTO ECO, QUE ME HAS COPIADO.

Hace poco más de un año hablaba con el señor Gorelli de los sabios de Sión, creo que de los doce sabios de Sión. Esto venía a cuento de Will Eisner quien desde los años 80 empezó a profesar una desbordada militancia sionista y cuya última obra había sido La Conspiración. No un cómic, no una novela gráfica sino, en realidad, un ensayo en cómic; también se podía interpretar como un panfleto.
Ahora se acaba de editar la última novela de Eco. La historia que narra es la del agente secreto que urdió el complot antijudío. La polémica ha acompañado la obra desde el principio, y, hablo de oídas, el problema es que parece convertir en una especie de héroe al que es un personaje siniestro.
Pero yo no puedo dejar de pensar en lo que le pasa por la cabeza a este muchacho italiano al que admiro. Ya con El Péndulo de Foucault lo acusaron de plagio, ahora podrían acusarlo, si no de tanto, sí, por lo menos, de inspirarse fuertemente en la obra de Eisner. Y debo recordar que no fue otro sino Umberto Eco quien prologaba la edición española de La Conspiración.
Pero la historia tiene todo lo que necesita una historia para resultar interesante. Un cementerio judío, el de Praga; una reunión secreta, la de los patriarcas de las tribus de Israel; judíos, dinero, poder, envidia; agentes secretos rusos; un libelo francés usado por la policía secreta rusa para justificar sus progromos; un libro secreto, prohibido y falso; y el nacimiento de una conspiración universal, el complot judeomasónico.
Todo demasiado atractivo. Tanto que en algún momento yo había soñado con usar este argumento para una historia, una que comenzaría así "Al fondo de la calle se yergue un edificio que un visitante despistado pensaría que es una iglesia protestante. Austera. Funcional. Es la sinagoga de Praga, junto a la que se extiende en una tierra fría y dura el cementerio judío. Tumbas y tumbas, piedra sobre piedra, rezo sobre rezo de sufrimiento, de humillación. En este lugar, el más frío de Praga, aun se escuchan los ecos de una conversación, la de hace dos siglos, cuando aquí en el sepulcral silencio de una navidad no celebrada se reunieron los Doce Sabios de Sión para determinar el futuro del mundo."
Así que ahora solo puedo pensar: "Umberto Eco, que me has copiado. Umberto Eco, que te has adelantado".

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